Publicado el original el 18-12-2006Al fin la vuelta a casa… desde la ventanilla comenzaba a observar las luces de la noche, que poco a poco se alejaban… la masa de luces de la ciudad quedó atrás y al poco tiempo del vuelo, entre una arrogante lentitud, aparecían y desaparecerían ciudades, pueblos, villas, aldeas… Aquellos ramilletes de luces apiñadas, temerosas de extenderse en la oscuridad de la noche, y que parecían manchas en una infinita extensión de sombras, tendrían un nombre y figuraban, posiblemente, en todos los mapas, pero yo no era capaz de identificarlos, y sin embargo, ahí estaban… Recordé el viaje de ida, cuando estando la tierra iluminada por el astro rey, algunas pequeñas referencias que se podían distinguir desde lo alto, nos ponían nombre a todos esos lugares… un río, un castillo, una colina, un embalse…
Recordaba que casi con las misma marcha parsimoniosa que ahora llevábamos, antes me fijé en los campos de colores variopintos, en las montañas cubiertas de vegetación o secos pedregales o tímidos ríos que sustentan pantanos… pero en ningún lado pude divisar esas rayas que aparecen en los mapas dividendo la propiedad…
No hablo de la propiedad intrínseca de posesión, si no de esa otra propiedad de enraizamiento… no pude ver la frontera entre naciones, ni el límite entre comunidades, ni la separación de las provincias, ni los lindes de los pueblos… desde allá arriba, todo era una capa multicolor ordenada por un metódico caos sin ningún sentido…
Sentí por un momento que cuando hablamos de “nuestro pueblo” deberíamos hacer una reflexión sobre quien pertenece a quién… Mi pueblo, o ese territorio que hoy lo es, marcado por unas líneas de colores inexistentes, que alguien pintó en un mapa, estaba allí mucho antes de que cualquiera de mis ancestros llegase allí… nunca se ha movido de donde está… y permanecerá allí, seguramente, cuando todos mis descendientes hayan desaparecido… ¿”mi pueblo”??? mío???
Siento, de alguna manera, que día a día, estamos consiguiendo que esas líneas pintadas en los mapas, figuren en la realidad y podamos divisarlas desde el cielo, que aun debería ser libre… La gran muralla de China, el derruido muro de Berlín, los muros que Israel ha levantado en los territorios ocupados o los que EE.UU. planea construir en la frontera de México…y otros que aun no visibles, separan sociedades, territorios, riqueza, libertad… sin entrar en el color político de quien los levanta, pues hay de todo y para todos los gustos… pero aún hay otros que menos ostentosos, que no son visibles desde el aire, la mayoría de las veces, tampoco desde ellos mismos, pero que separan igual o más que estos…
Los viejos rencores que existen entre dos vecinos de Villa del Centro, enfrentaron ya hace mucho tiempo a los vecinos de Villarriba y Villabajo, y que en realidad nadie recuerda cuales eran los motivos, pero tomaron partido y siguen formando un muro colosal entre dos pequeñas y casi insignificantes villas vecinas... Cuando más entre dos comunidades… dos países… dos culturas… dos mundos… y señores… yo ya no sé en cual estoy…
2006-12-22 14:27
Te envío la nueva dirección de la nueva casa de esta loca sin remedio.Te deseo, si me lo permites, todo lo que anheles para el próximo o año.
Es de corazón.
Con cariño
2006-12-22 12:06
Son tantas los buenos deseos que auguramos a los demás en estas fechas que quiero empezar a desearte los mejores para cuando termines con los que ya acumulas de los demás...Así siempre te queda pensar que nunca has perdido todos...
Que se hagan realidad con el pleno consentimiento de la vida que te espera.
Un beso; salud y mucho amor de los que te rodeen.
2006-12-19 21:16
Creo Pablo que estás en el mismo que todos nosotros.Prefiero el mundo inventado de cada uno ,al mundo real que cada día leemos y vemos en los medios.
Al menos en nuestro mundo personal de vez en cuando encontramos paz...
Abrazo.
Hanna @ crepusculu-hanna.blogspot.com/
2006-12-19 20:06
En el tuyo, en tu proprio mundo, ese es nuestro verdadero pueblo (amigos, vecinos, familia mismo estando a kilometros de distancia).Saludos y Feliz Navidad.
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