domingo, 18 de enero de 2009

Ascensor


Publicado el original el 6-2-2007

Al llegar al vestíbulo no había mucha gente, pero los ascensores estaban subiendo por lo que tendría que esperar un poco. El hotel estaba repleto ya que era temporada alta y yo tuve la suerte de que me asignasen una habitación en la plata 14, con unas vistas magníficas, pero que inevitablemente, me ataba al uso del ascensor. Con tanta gente como iba acudiendo, había que estar pendiente de no perderlo, por que había 3 pero siempre había público para ellos y en abundancia.

A los pocos minutos, se abrieron las puertas del que tenía más cerca y comenzó una rápida procesión de gente, todos ellos hablando en inglés y riendo en castellano...

En cuanto estuvo vacío, comenzó otra peregrinación para llenarlo. Antes de mí, se acoplaron tres chicas que rondaban los 20 años y que tenían una vestimenta, más que sexy, provocativa, hablando y cuchicheando entre risas sobre sus últimos amores. Luego dos matrimonios de jubilados donde los hombres discutían entre sí por que habían olvidado algo en la habitación, mientras las mujeres se miraban con pícara mirada de satisfacción. Después, una pareja joven que sonreía y no miraba si no hacia ellos mismos en silencio cómplice y finalmente, dos hombres maduros cuya corbata delataba que no venían de la playa..

El ascensor, ya repleto, comenzó su ascenso con la calma propia de su empeño, pero al cerrarse las puertas, todas las voces se apaciguaron como queriendo llamar al silencio.

El primer piso en el que estaba solicitada la parada, era el mío, y luego un surtido de lucecitas hasta el piso 22 quedaban encendidas.

A la altura del piso 10, un conocido sonido inundó, pese a que no fue exagerado, el casi silencioso espacio del ascensor atestado. Todos nos mirábamos con ojos acusadores esperando que de un momento a otro, el olor que acompaña al sonido llegase a nuestra nariz. Las miradas, siempre inquisidoras, buscaban entre educados silencios de disimulo a un desconocido culpable...

Al llegar al piso 14 las puertas se abrieron y tuve que pedir por favor que me permitiesen salir, cosa que hice, para que negarlo, encantado, y mientras se cerraban las puertas tras de mi, no podía dejar de sonreír mientras pensaba... "que a gusto me he quedado!!!"

2007-10-17 18:18
buen articulo

mandarina azul
2007-02-08 19:14
jajaja... ay ay ay...

:)

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